Tipos de placenta
La placenta es un órgano que se crea única y exclusivamente para el embarazo, se une a la pared del útero y de ahí surge el cordón umbilical. Que es la conexión vital del bebé con la madre por la que se nutre de alimento y oxígeno al bebé.
La placenta es el escudo protector de nuestro bebé. Tiene una importante función inmunológica frente a las infecciones y es capaz de filtrar la sangre con el fin de eliminar sustancias nocivas peligrosas para el bebé. Además, genera hormonas esenciales para el crecimiento del bebé.
La placenta y el bebé se desarrollan juntos dentro del útero. Dependiendo del lugar de inserción podemos diferencias varios tipos:
- Placenta normoinserta. Es aquella que se inserta en la parte superior, lateral, delantera o trasera del útero. Está alejada del orifico de salida (cuello uterino) y por lo tanto no lo tapona.
- Placenta de baja implantación. Se sitúa a menos de 2cm del cuello uterino.
- Placenta previa total. La placenta cubre por completo la abertura del cuello uterino. En estos casos es muy probable que el parto sea por cesárea.
- Placenta previa parcial. Encontramos el cuello uterino parcialmente taponado por la placenta. Al igual que las placentas previas totales, la parcial también es motivo de realizar una cesárea.
- Placenta previa marginal. La placenta está cerca del cuello uterino, pero no lo tapona.
Se desconoce cuál es la causa exacta de padecer placenta previa o no en el embarazo. Hay factores de riesgo que pueden estar asociados a su aparición: antecedentes obstétricos con placenta previa, edad materna, cicatrices uterinas (cesáreas anteriores), tabaco.
¿Cómo se diagnostica una placenta previa y que síntomas genera?
El ginecólogo es el que va a diagnosticar a través de una ecografía la posición de la placenta. Si la mujer está haciendo un buen control de su embarazo y acude a todas las visitas pautadas, el diagnóstico se hará antes de que aparezcan los síntomas.
Síntomas más comunes:
- Sangrado vaginal repentino e indoloro.
- Contracciones uterinas.
Tratamiento: dependerá del grado de obstrucción y de los síntomas que presente la mamá.
Es habitual que con una placenta previa con síntomas, tu ginecólogo te paute reposo absoluto en cama, o disminuir la actividad física a partir de la semana 20 e incluso evitar la práctica deportiva en muchas ocasiones. También suele recomendarse evitar las relaciones sexuales, ya que el coito o el orgasmo pueden iniciar contracciones o producir traumatismos en el cuello del útero.
En caso de no presentar síntomas y no detectar riesgos, tu ginecólogo podrá indicarte seguir con controles y vida normal.
En muchas ocasiones si se ha diagnosticado en el 1º o 2º trimestre puede que con el crecimiento del útero se desplace y suba hasta ser una placenta normoinserta. Aumentando las posibilidades de parto vaginal.
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