Tipos de placenta

La placenta es un órgano que se crea única y exclusivamente para el embarazo, se une a la pared del útero y de ahí surge el cordón umbilical. Que es la conexión vital del bebé con la madre por la que se nutre de alimento y oxígeno al bebé.

La placenta es el escudo protector de nuestro bebé. Tiene una importante función inmunológica frente a las infecciones y es capaz de filtrar la sangre con el fin de eliminar sustancias nocivas peligrosas para el bebé. Además, genera hormonas esenciales para el crecimiento del bebé.

La placenta y el bebé se desarrollan juntos dentro del útero. Dependiendo del lugar de inserción podemos diferencias varios tipos:

  1. Placenta normoinserta. Es aquella que se inserta en la parte superior, lateral, delantera o trasera del útero. Está alejada del orifico de salida (cuello uterino) y por lo tanto no lo tapona.
  2. Placenta de baja implantación. Se sitúa a menos de 2cm del cuello uterino.
  3. Placenta previa total. La placenta cubre por completo la abertura del cuello uterino. En estos casos es muy probable que el parto sea por cesárea.
  4. Placenta previa parcial. Encontramos el cuello uterino parcialmente taponado por la placenta. Al igual que las placentas previas totales, la parcial también es motivo de realizar una cesárea.
  5. Placenta previa marginal. La placenta está cerca del cuello uterino, pero no lo tapona.

Se desconoce cuál es la causa exacta de padecer placenta previa o no en el embarazo. Hay factores de riesgo que pueden estar asociados a su aparición: antecedentes obstétricos con placenta previa, edad materna, cicatrices uterinas (cesáreas anteriores), tabaco.

¿Cómo se diagnostica una placenta previa y que síntomas genera?

El ginecólogo es el que va a diagnosticar a través de una ecografía la posición de la placenta. Si la mujer está haciendo un buen control de su embarazo y acude a todas las visitas pautadas, el diagnóstico se hará antes de que aparezcan los síntomas.

Síntomas más comunes:

  • Sangrado vaginal repentino e indoloro.
  • Contracciones uterinas.

Tratamiento: dependerá del grado de obstrucción y de los síntomas que presente la mamá.

Es habitual que con una placenta previa con síntomas, tu ginecólogo te paute reposo absoluto en cama, o disminuir la actividad física a partir de la semana 20 e incluso evitar la práctica deportiva en muchas ocasiones. También suele recomendarse evitar las relaciones sexuales, ya que el coito o el orgasmo pueden iniciar contracciones o producir traumatismos en el cuello del útero.

En caso de no presentar síntomas y no detectar riesgos, tu ginecólogo podrá indicarte seguir con controles y vida normal.

En muchas ocasiones si se ha diagnosticado en el 1º o 2º trimestre puede que con el crecimiento del útero se desplace y suba hasta ser una placenta normoinserta. Aumentando las posibilidades de parto vaginal.

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